miércoles, 19 de marzo de 2014

La cara de la verdad Parte 1

-Era bien entrada la tarde, aun quedaban unas dos horas de luz solar pero en el interior de aquel bosque parecía como si ya hubiese empezado a anochecer, y por ese oscuro y sinuoso sendero caminaba una figura, de alta estatura y con una capa cubriéndole cuerpo y cabeza.

-Joder,¿ Por qué has dejado el caballo en la posada? Es más ¿ Por qué siempre te prestas a ayudar? Es una puta, seguramente se divertirán con ella un rato y la devolverán.

-Voy a hacerlo, o me ayudas o te callas, y deja de hablar de una puta vez en voz alta por favor, no quiero que ocurra lo mismo que en aquel pueblo...

-Las dos voces resonaban tenuemente por el bosque, pero solo una figura caminaba por aquel sendero. Después de andar varios minutos en absoluto silencio se empezaron a escuchar gritos en las cercanías y la figura caminante comenzó a moverse sigilosamente entre la maleza del bosque hasta localizar la procedencia de los gritos. La escena que allí se encontró no era demasiado diferente de lo que ya esperaba, un hombre estaba violando a una mujer contra un arbol mientras los otros dos jugaban a las cartas esperando su turno, la mujer sollozaba de dolor mientras un charco de sangre se formaba a sus pies.

-Necesito regar los arboles, quiero tener la polla lista para cuando me toqué - Dijo uno de los hombres que estaba jugando a las cartas mientras se levantaba y se adentraba un poco en el bosque.

-Pasó a escasos metros del encapuchado sin siquiera notar su presencia y cuando lo vio teniendo el pene aun fuera ya tenía un cuchillo en su garganta, ambos volvieron con el grupo de hombres.

-Buenas tardes señores, me hubiera gustado conoceros en otra situación, pero esa mujer que tenéis ahí es la esposa del posadero y he de decir que en su estado actual y sin su esposa la comida y el servicio dejan mucho que desear, así que he venido a recuperarla- La voz del encapuchado resonaba por el pequeño claro en el que se hallaban.

-El que estaba violando a la mujer se levantó y ató las calzas antes de coger una espada corta que tenía en el suelo, se acercó levemente al individuo que acababa de interrumpir su diversión.

-Vaya vaya, ¿ Que tenemos aquí? ¿Un intento de salvador? Muchacho deja en paz a mis hombres, márchate de aquí y tal vez, y solo tal vez te dejaremos vivir.

-Es una pena que me obligues a esto...

Y sin aviso ni miramiento el encapuchado le rajó la garganta a su presa, se giró hacía el que seguía sentado junto a las cartas y le propinó tal patada en el pecho que le cortó la respiración y lo tiró al suelo, cogió el arma del pobre degollado y se puso en posición defensiva blandiendo las dos espadas. El líder de aquellos bandido soltó una sarta de maldiciones y cargó directamente contra el encapuchado, el combate duró poco, cuestión de segundos y ya estaba desarmado, herido y contra un árbol con una de las dos espadas besandole el cuello , los sollozos de la mujer cesaron. El bandido pudo ver en aquel momento la cara al encapuchado y observo horrorizado como al misterioso hombre comenzaba a cambiarle la expresión e incluso algunos rasgos faciales y sus ojos cambiaron a una mirada asesina capaz de helar el corazón a cualquier hombre.

-Lo siento por ti, pero vas a desear no haber nacido- La voz del encapuchado era totalmente distinta.

-Y sin asomo de duda atravesó el antebrazo del bandido con una de las espadas y repitió el proceso en el otro brazo, dejando empalado e inmovilizado al pobre desdichado. Se alejó del árbol caminando sobre un charco de sangre demasiado grande hacía el hombre que aun tosía sin cesar mientras intentaba incorporarse, le propinó un fuerte golpe en la cabeza que lo volvió a tumbar dejándolo semi inconsciente, le arrebató el arma del cinto y abrió su vientre en canal, la sangre salía a borbotones y el antiguo silencio del bosque se había trasformado en una orgía de gritos, pero no duró mucho, y aun así ante la atónita mirada del único superviviente colgó al cadáver de un árbol usando como horca sus propios intestinos. No tardó en volver su atención ante al líder que yacía empalado contra el árbol y caminó hacía el entre risas, sus pies tropezaron con el cuerpo de la mujer, este yacía inerte en el suelo sobre un charco de sangre con origen en su entrepierna y vientre.

- La única posibilidad que tenías era ella, te has condenado a ti mismo- Sonrió maliciosamente mirándole a los ojos.

-Se acercó a el y le rompió con la espada la pútrida cuerda que usaba como cinto y sus calzas cayeron al suelo.


-No... no.. porfavor - gimoteó el bandido- Puedo darte dinero.. mujeres..trabajaré para ti..

-Haciendo caso omiso de las suplicas el encapuchado le cortó el sucio pene de un tajo limpio, el bandido gritaba de dolor y finalmente le metió su propio miembro en la boca tan profundo que comentó a atragantarse con el.

-Así mejor el grito de los cerdos es mas agradable que tus lamentables suplicas.

- Y allí esperó hasta que finalmente murió, recogió su propia espada y la limpio con alguno de los cadáveres, envolvió el cuerpo de la mujer con la ropa de los bandidos y se limpió las manos con el agua que aun le quedaba , cogió el cuerpo y emprendió el camino de vuelta.

-Por que lo has echo?
-Tu los ibas a matar igualmente
-Joder Filecur, pero no así, no torturándolos, no disfrutando de la sangre que mancha MIS manos.
-Siempre estás igual Gabriel, deja de quejarte, no puedo salir nunca, así que cuando lo consigo solo me divierto.
-Conseguiré que no vuelvas a aparecer nunca mas, lo prometo
-Inténtalo, pero perderás tu vida en ello

-El camino a la posada fue silencioso y la noche cayó sobre Gabriel antes de llegar. El posadero rompió en sollozos cuando vió el cuerpo de su mujer, pero aun así le agradeció a Gabriel la ayuda, no quiso cobrarle la estancia, le dio ropa para que se pudiera cambiar la que tenía sucia, mando al herrero a revisar a su caballo y lleno sus alforjas de carne salada y algunas frutas antes de que partiera por la mañana.

-Tardó casi todo el dia en salir del bosque y otros dos en llegar a Kalm, durmiendo en claros y sin casi agua, por aquel camino no habían posadas, después de todo no era parte de la red de caminos del reino, sino un sendero que atravesaba el bosque y la Montaña del Ocaso. Kalm era una ciudad portuaria enorme, tenía uno de los puertos mas importantes del Mar de las Focas. Construida alrededor del pequeño rio Nil Azul, tenía una muralla blanca de casi 25 metros de altura que resplandecía cuando el Sol brillaba sobre ella, con un gran puente que conectaba ambas partes de la ciudad y un camino perfectamente empedrado que conducía al puerto comercial situado en la desembocadura del rio.

-La puerta de la ciudad estaba abierta y un sin fin de gente entraba y salía de allí, desde grandes carromatos cargados con carne exquisita, lujosas sedas o cualquier otra mercancía, con cohortes de guardias custodiándolas hasta niños harapientos que caminaban al lado de sus desnutridas madres.

-Gabriel sabía donde tenía que ir, según le dijeron en la última posada tenía que buscar una posada de dos pisos con un cartel de dos perros mordiéndose en el barrio de la piedra, comúnmente conocido como " perrera". La ciudad entera estaba organizada por barrios con nombres de minerales o materiales dependiendo del estatus de la gente que vivía en ellos. En aquella parte del río se hallaban los barrios del hierro, el bronce, el acero y la piedra, siendo el del acero el mas acaudalado de esa parte y y el de la piedra donde vive la escoria de la ciudad, conocidos coloquialmente y a modo despectivo como " Perros ". Al otro lado del puente estaban los barrios de la plata, el oro pero el mas rico y opulento era el de las piedras preciosas donde solo vivían 3 familias, conocidos por el resto de ciudadanos como los Zafiro,los Esmeralda y los Rubí y estas tres familias estaban en constante lucha por la superioridad sobre la ciudad.

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