El Sol acabó amaneciendo, como todos los días, pero ese día dos soles iban a ser para mi, sin embargo amaneció un solo Sol, un Sol negro, cruel y sádico que lanzaba destellos como cuchillas que atravesaban cada parte de mi, recordando con su presencia que ese no era mi lugar  

Inspirada por una fea, gorda y antisocial :3

Caminaba sola, el frescor de la arena en sus pies era lo único que la mantenía en la realidad, estaba siendo una buena noche, divertida, agradable, con amigos risas y alchool, pero necesitaba darse un pequeño descanso para poder escuchar la voz de su corazón.

Era una joven muy bella, con unos ojos tan bellos y cambiantes como la luna que brillaba sobre el mar, el cielo de la ciudad estaba oscuro, puede que se vieran las luces de la ciudad pero el brillo de las estrellas la acunaba, sin embargo encima del mar la luna estaba acompañada por una miridia de estrellas que brillaban sin parar. Su mente alzo a volar, se perdió en un mar de recuerdos y pensamientos, algunos felices y bellos, pero la tristeza aparecía poco a poco, notaba el agua del mar en sus pies, el mundo se oscurecía a su alrededor mientras el agua ascendía por su cuerpo y antes de darse cuenta el agua le cubría el cuello, ahogándole poco a poco mientras se perdía en la oscuridad.

Notó una mano cálida en el hombro y la oscuridad se desvaneció, volvía a estar en la orilla de la playa, con las suaves olas besando le los dedos de los pies, se giró y vio un rostro afable, un rostro familiar y cariñoso, un rostro conocido que le recordaba que no estaba sola. Sonrió y deposito un tierno beso en su mejilla, compartieron miradas cómplices y volvieron a la fiesta para disfrutar de una noche que tardaría mucho tiempo en olvidar.