viernes, 11 de marzo de 2011

De repente se encontró en medio de una inmensa oscuridad, no sentía nada, no escuchaba, no veía y no olía nada, simplemente flotaba en la oscuridad. Súbitamente todo se iluminó y empezaron a sucederse imagenes de su familia, estaban destripados, degollados, acuchillados, desmembrados y decapitados, en medio de todos ellos se hallaba la silueta de una persona que estaba prendiendo fuego a la casa, con los cadáveres aun sangrantes de todos dentro. Podía sentir el calor de las llamas..podía escuchar los gritos de agonía y terror de los pocos miembros de su familia que un no habían conseguido morir, les oía rogar por su vida..pedir ayuda, pero ya era tarde..todo habían muerto..

Se despertó sudando, aterrorizado y un poco confuso, no recordaba bien lo que había ocurrido la noche pasada y no paraba de preguntarse si eso que acababa de soñar era lo que realmente ocurrió, el creía, y con todas sus fuerzas deseaba que no fuese así.

El agua de la ducha le sirvió para tranquilizarse, el cálido tacto de las gotas de agua sobre su piel desnuda, dentro de una pequeña e insípida mampara de plástico, le reconfortaban mientras su mente volaba mas allá de toda imanación, salió del baño después de vestirse, fue a la cocina y preparó un café, aun tenía sueño, y el gusto amargo de un buen café matutino era suficiente para mantenerlo minimamente atento, y se dirigió hacia su cuarto para jugar un rato a una de esas consolas que estan tan de moda ultimamente, allí la vio...aquella frase escrita en la pared seguia alli, se acercó y se dió cuenta de que era sangre seca, un flash recorrió su memoria como un tren de alta velocidad recorriendo todos los huecos de su memoria y de su alma, despertando recuerdos que nisiqueira sabía a ciencia cierta si eran reales o no. Pensó en llamar  a la policia, pero no lo hizo, le tomarian por loco, asi que deseó con todas sus fuerzas que fuera la broma pesada de alguien.

Reorganizó sus puensamientos y decidió no darle mas importancia a lo sucedido, alfin y alcabo el se había cansado de esperar a la muerte, ya era hora de salir a buscarla una vez mas. Salió de su casa y comprovó que estaba amaneciendo, no podía dejar de ver el cielo, algo en su interior le decia que observara y guardara ese recuerdo en lo mas profundo de alma hecha añicos, ese seria el ultimo amanecer que vislumbraria.

Con paso ligero emprendió el camino hacia un parque de las afueras de la ciudad, alli esperaba encontrar a un antiguo amigo suyo, parapsicologo creo que es como los llaman ahora, ya sabeis, todos esos locos que graban psicofonias y que intentan medir y tener pruevas de algo que nisiquiera es tangible. Quería contarle todo lo sucedido y escuchar su opinion.

La ciudad estaba despertandose, los coches comenzaban a amontonarse en la avenida principal, los inocentes peatones formaban aglomeraiciones en las aceras mientras se dirijian a las tiendas que estaban apunto de abrir. El sonido de la muchedumbre le hacia recordar un desgile militar, el sonido de los claxons de los coches retumbaban en su cabeza como cañones abriendo fuego, realmente hechaba de menos el ejercito, pero no podía volver a el, no volvería a servir a su patria, a portejer a los inocentes, y lo mas importante de todo, no volvería a luchar para protejer a su familia, que fue la principal causa de su ingreso en el ejercito, mas despues del desastre lo abandonó para siempre.

Decidió evitar a la muchedumbre, las aglomeraciones le ponian nervioso, asi que cambió de camino, fue por los estrechos callejones en los que nadie se atrevia a entrar  y de los que nadie parecia salir, y no era de extrañar, esos callejones eran como una puerta abierta al inframundo, una ventana a otra dimension en medio de la ciudad, en la que la violencia, el sexo, las drogas, la pederastia, las violaciones y un sinfin de cosas nada agradables para la gente comun eraqn el pan de cada dia, en estas calles, apesar de todo, no se oía ni se podia ver a nadie, como si fuera todo una astuta treta de alguien, mas el no tenia miedo, y sin temor siguió avanzando.

No tardó mucho en oir un sollozo, era una xica que pedía auxilio, se dirijió inmediatamente hacia el lugar y encuanto giró la esquina vió lo que ocurria, estaba siendo violada por una mala bestia con aspecto de cerdo, y que olia como tal, era una masa de grasa con pelo corto y castaño, no llevaba ni camiseta y en su espalda se conseguía distinguir, entra la roña, el tatuaje de un dragon.

 -Tu!! Saco de mierda, dejala en paz o lamentaras haber nacido- Dijó mi buen amigo con aires de superioridad y grandeza, aun sabiendo que esa mala bestia podía acabar con el facilmente.

El hombre se giró, le pegó un guantazo a la xica y la tiró al suelo, se subió los pantalones ys acó su navaja, mi amigo ante tan esperpentica escena no podia controlar el asco y la furia que sentia.

-Xavalin, yo que tu me guardia esas palabras sino quieres que sean las ultimas que digas. Te lo voy a poner muy facil, o te vas, o te mato - La hoja de la navaja que sujetaba estaba manchada de sangre seca, asi que era evidente que sus amenazas no ivan faltas de razon, y para mas inrri se iva acercando, navaja en mano, hacia el.

-No tengo nada que perder-Respondió abriendo los brazos, dejando su pecho al aire como si de una diana se tratase
-Te arrepentiras del dia en que te cruzaste en mi caminó!!-Rugió la bestia mientras cargaba hacia mi amigo intentando apuñalarlo.

Una extraña sensacion le embriagó, una desesperada sensacion de supervivencia se apoderó de su cuarpo, la adrenalina se liberó a borbotones dentro de su organismo, el tiempo se relentizaba,  y antes de darse cuenta vió como la bestia caía al suelo con su propia navaja clavada en su propio corazon, no sabía que demonios habia ocurrido, tampoco le iportaba demasiado ahora mismo. La xica era pelirroja y tenía el pelo largo y onduado, su rostro era precioso, unos penetrantes ojos verdes le hipnotizaban, sus labios carnosos no dejaban de emitir palabras de agradecimiento, pero el no conseguía oirlos, estaba en medio de un trance, no podía dejar de mirarla, sentia que tenía que protejerla y cuidar de ella. Su aspecto era el de una xica debil y de hecho que sus ropas estiviesen rajadas, dejando al aire sus voluminosos pechos y sus sexo no ayudaba.

-Estas bien?
-Bueno..esa pregunta es estupida, muchissimas gracias por ayudarme con ese monstruo- Dijó la bella muchacha mientras entre sollozos le abrazaba
-¿Como te llamas?
-Laura
-Ven, ponte esto- se quitó la chaqueta- cubrete, te acompañaré hasta el portal de tu casa sino te importa
-Muchas gracias de verdad, ¿ como te llamas? - El flujo de lagrimas comenzaba a remitir, y una sonrrisa se dibujaba levemente en su cara
-Puedes llamarme como quieras, pero mi nombre es Gabriel..

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